Tomar la decisión de divorciarse siempre es duro. Además de las implicaciones emocionales inevitables, muchos divorcios tendrían un proceso mucho menos angustioso si las cuestiones básicas sobre dinero y propiedades hubiesen estado claras desde un principio.
Antes de numerar las cuestiones de dinero que deben tenerse en cuenta al momento de un divorcio, es necesario mencionar que, al menos en España, es posible contraer matrimonio bajo dos modalidades muy perfectamente definidas en materia de propiedades y bienes comunes: el régimen de gananciales y el régimen de capitulaciones matrimoniales. El régimen de gananciales, por el que el dinero que ganen y los bienes que adquieran con tal capital los cónyuges durante el matrimonio serán propiedad de ambos. La venta de un bien ganancial debe contar con el consentimiento de ambos, pero para la compra de cualquier bien solo basta el consentimiento de cualquiera de los dos cónyuges. El otro régimen es el de Capitulaciones Matrimoniales, o también llamado Separación de Bienes, se mantiene la relación previa al matrimonio. Cada cónyuge sigue siendo titular de sus ingresos y propiedades, y no hay bienes comunes, salvo que ambos acuerden convertir o adquirir en común alguno de los mismos. El régimen de gananciales es el régimen por defecto, es decir, si no se tramitan las capitulaciones para el momento del matrimonio, por defecto se aplicará el régimen de gananciales, aunque en el futuro pueda cambiarse el mismo, sin carácter retroactivo. Evidentemente ante un divorcio, las capitulaciones matrimoniales parecen resolver más rápidamente el reparto de bienes debido a su naturaleza. No así el régimen de gananciales, done no solo un juez deberá asignar las propiedades si no hay acuerdo previo, sino por el riesgo que representa para cada cónyuge el tiempo que esté sin resolverse, o al menos avisarse legalmente la separación.
En caso de divorcio con régimen en gananciales, los expertos recomiendan:
- Buscar inmediatamente un abogado y solicitar la separación.
- Cerrar las cuentas bancarias abiertas en común y guardar la parte que corresponda en una cuenta que esté solo a tu nombre.
- Anula todas las tarjetas de crédito que tengan extensión para tu cónyuge o en la que la extensión sea para ti.
- Solo una denuncia formal solicitando la separación o el divorcio puede salvarte de que tu conyuge en el ínterin de la situación pueda pedir créditos rápidos, préstamos sin nómina, o minicréditos con Asnef, créditos bancarios, préstamos hipotecarios o cualquier otra operación que le permita hacerse con un dinero rápido y luego faltar al pago. Tú serás legalmente responsable sea la cantidad que sea.